Érase una vez una niña nacida en el norte de Francia. Su dulce madrina se inclinó sobre su cuna y le transmitió la alegría de aprender, los bellos valores y el sol de Portugal. Como premio, también le confió un superpoder que se manifestaría mucho más tarde, con una condición: que se lo transmitiera a su vez…
Al crecer, se volvió muy curiosa por todo y le encantaba aprender.
De adolescente, tenía tendencia a cuestionarlo todo, una cualidad muy útil para una futura científica, pero con la que a sus padres les costaba convivir.
Por eso, al salir de la escuela, eligió estudiar Farmacia para ser farmacéutica.
Su vocación está bien consolidada. Lo que más le gusta es el contacto con los pacientes, los consejos y el apoyo que puede darles.
Primero en el hospital, luego en la farmacia, después de vuelta al hospital, y así a lo largo de una época rica y apasionante, durante la cual dio a luz a dos preciosas princesas.
Todo iba bien en el mejor de los mundos hasta que empezó a ver las cosas desde otro ángulo. Y hay un lado oscuro…
Tuvo la impresión de que ya no era tan útil en su papel, que se había vuelto demasiado institucional, en los estilos de vida y el entorno actuales, que generaban pesadumbre, estrés y una explosión de enfermedades metabólicas e inflamatorias, cánceres y obesidad…
Se sentía fuera de lugar. Se sentía a la vez impotente y consciente de que podía cambiar las cosas. También era consciente de que debíamos cambiar de perspectiva, implicarnos más en la prevención y responsabilizarnos de nuestra propia salud.
Así empezó una búsqueda que la llevó a descubrir su superpoder*.
Un golpe del destino llevó a esta niña, ya mayor, a Barcelona con toda su familia. Este cambio de vida impulsó su superpoder.
Con unos cuantos diplomas más y un furioso deseo de triunfar, su superpoder pudo por fin expresarse plenamente.
Desde ese día, compartirlo se convirtió en su razón de ser y su misión, porque todos lo llevamos dentro.
En su reino, entre Francia, España y Portugal, ahora se dedica a compartir su pasión, guiando y acompañando a los pacientes hacia una mejor salud y una vida más plena.
BYH nació de una varita casi mágica…
*Más sobre este superpoder en el próximo episodio: Epigenéticamente tuyo